Todo comenzó con una broma, cuando Rozgar el Bizco le acusó de remover demasiado el colacao. Era un chiste inocente, pero poco a poco empezaron las burlas: ¡Eh, Tembleque!, ¡No te pongas a temblar ahora! o la famosa ¡Mejor taladrador no lo hay!
Parkinsson lleva con resignación su mote y lo cierto es que muy pocos se han molestado en saber cómo se llama en realidad. Según sus propias palabras, "cuando el público vea lo que soy capaz de hacer, mi equipo se va a meter la lengua en el pozo". Muchos dudan que sea capaz de algo excepcional, pero su abuela y su cuñada creen en él.

¡Estamos contigo Ringo Ringosson!

Se reían mucho de él, pero le metió un touchdown a unos elfos silvanos. Ahora va a por el segundo.