Amy tiene un talento enorme, no tanto como jugadora, sino como artista. Su poderosa voz y sus sublimes composiciones la hicieron conocida más allá del bosque de Lorien, pero a un alto coste. Nacida en una parte no tan estupenda del bosque de Lorien, sin una figura paternal que la apoyase, Amy acabó juntándose con malas compañías. Greta y el viajero la encontraron en unos de sus peores momentos, dejándose llevar en una espiral descendente de drogas y aflicción. A la mañana siguiente de uno de sus frecuentes salvajes guateques, antes de la salida del sol justo cuando Amy tenía una mona que hubiese dejado a Aitor en evidencia, se la llevaron sin sigilo alguno (nadie estaba en condiciones de oponerse, y aunque lo hubiesen estado, hacerle frente al viajero hubiese sido la peor, y posiblemente, última decisión de su vida).
Amy despertó en una reserva de monos, sin más entretenimiento que su fiel guitarra y un balón oblongo, un oasis de tranquilidad de la que surgieron muchos éxitos como "Back to the ball", "You know that I'm not good (blocking)", and "Foul is a losing game". Esto también le permitió descubrir su segunda pasión, el Blood Bowl. Tras muchos entrenamientos en el improvisado campo del "Mono perdido", Amy se ha "especializado" como línea para estar, como ella dice, en el medio de la "mandanga repartiendo os**as con la mano abierta".