Corresaurio no es un lagarto cualquiera; es un lagarto con sueños grandes. Nació en el caluroso desierto de Lustria, donde pasaba sus días tomando el sol y soñando con ser el mejor jugador de blood bolw del mundo. Desde pequeño, Corresaurio se dio cuenta de que tenía un talento especial: ¡podía correr más rápido que cualquier otro lagarto!

Un día, mientras se deslizaba por una roca, vio a un grupo de saurios jugando al Blood bolw. Fascinado, decidió que quería unirse. Con su ingenio lagartijil, se hizo un casco con una cáscara de nuez.

Corresaurio se convirtió en corredor del equipo "Los Lagartos Juanchos". Sus compañeros de equipo, no podían creer lo que veían. Cada vez que Corresaurio corria sus escamas brillaban bajo el sol, y los espectadores no podían evitar reírse al ver a un lagarto corriendo con un balón más grande que él. ¡Era un espectáculo digno de ver!

A pesar de su tamaño, Corresaurio tenía una estrategia única: ¡esquivar a los oponentes con sus movimientos de baile! Cada vez que un jugador rival se acercaba, Corresaurio hacía un giro inesperado y se movía como si estuviera en una pista de baile.