El sobrino de la leyenda viva Andersenko.
El sobrino no es ni mucho menos un lechón, lo de sobrino siempre suena a "el sobrinito", como si se tratase de un niño mimado y enchufado de los cojones.
En este equipo esas cosas no valen, más que nada porque el parentesco no significa otra cosa que conocencia, es decir, hacía falta substituir al abuelete, y como conocían al petao de la olla este, pos padentro como los de Alicante, o palante como los de... Los de... Qué sé yo.
Pasó con éxito la prueba de entrenamiento, en su caso, como fichaba como Runner, pues la cosa consistía en correr cuesta abajo 1 kilómetro. No es mucho, y cuesta abajo menos, eso sí, con algunos obstáculos, las típicas banderitas como las del esquí, nada que no pudiese hacer él. Lo único, eso sí, el tiempo límite, delimitado por una redonda de piedra que se la tiran detrás en la salida, veas lo que se embala la hijaputa.
En definitiva, tenemos un nuevo pichabrava en nuestras filas!
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07-10-2007
¿Qué decir de él? Dos partidos, dos touchdowns, y después de haber estado pilando la de su fokin laif en el partido de los Lojarko, el petardo en el culo le amenta la velocidad en desplazamiento. Jó, chacho, qué fiera.