Burlero fue el toro de la ganadería de Marcos Núñez, que saltó al ruedo en sexto lugar, y arrancó la vida partiéndo el corazón al Yiyo. Toro y torero se desplomaron en el albero con la muerte a cuestas; primero lo haría Yiyo, nada más prender una estocada entera que acabaría con la vida del animal. Y después, haciendo honor a esa estocada suprema, cayó el toro. Fue al segundo encuentro cuando el burel hizo por él, ya herido, y por la espalda le infirió una cornada que reventó su corazón. A pesar de las muchas esperanzas de los que presenciaron el trágico final, cuando José Castilla, Juan Cubero, hermano del diestro, y Pablo Saugar «El Pali» lo levantaron del ruedo y lo llevaron a la enfermería, Yiyo ya estaba muerto. Falleció en el ruedo.