En las llanuras de Lustria Korth creció como unos de los mejores guerreros de su tribu, peleó junto a sus hermanos durante muchos años defendiendo las tierras de sus ancestros hasta que en una batalla bajo el mando de un Mago Slam, fueron emboscados por orcos, mucha sangre se derramó en esa batalla incluso la del propio Korth. Como consecuencia de este derramamiento, Korth quedó inhabilitado para la batalla puesto que ya no podía cargar con el peso de las armas y la presión psicológica que conlleva una batalla.

Desesperado y frustrado por su mala suerte, Korth vagó por las tierras de Lustria hasta que un buen día encontró un grupo de eslizones rodeados de sangre y con muchos de sus hermanos tirados en el suelo, pero por encima de ellos destacaba la figura de una increible rata ogro con dos cabezas q estaba a punto de devorar a uno de estos pequeñajos.

Esa visión provocó que la sangre de Korth hirviera como nunca había ocurrido, y sin pensarlo dos veces, se lanzó desarmado a por la enorme rata ogro, ésta advirtiendo su movimiento, se preparó para recibirlo pero nada pudo hacer para detener el frenesí que había invadido a Korth, éste acabó con la rata ogro aplastándole la garganta con sus propias manos.

Pero no fué una victoria fácil, Korth sufrió heridas que lo dejarón alejado de la vida durante mucho tiempo, finalmente cuando consiguio despertar se encontró en una cabaña, al lado tenía al eslizón que había estado a punto de ser devorado. El pequeño eslizón le dijo que se llamaba A que no me pillas y que lo que había visto era un partido de blood bowl y le invitó a unirse a ellos.

Así fue como Korth acabó luchando junto a sus hermanos jugando para defender el honor de los hombres lagarto.